A veces me pregunto que razones me llevan a dejar de escribir. A ser incapaz de dejar que mis dedos corran por el teclado y escriban líneas de texto con o sin sentido. A veces, me entran dudas de las razones que me llevan a apartarme de este blog y, más preocupante aún, de los libros que acompañan mi vida.
Y es que me he dado cuenta que cuando pasa lo uno, pasa lo otro. Como ahora, cuando llevo 15 días sin ser capaz de leer nada y cualquier cosa que cae en mis manos me parece aburrido y malo de solemnidad.
Quizá se deba a eso que llaman stress, pero que no padezco o, quizá, simplemente, sea que mi mente necesita un respiro.
Sea como sea, espero empezar a leer de nuevo y, sobre todo, a volver a este rincón.
Y es que me he dado cuenta que cuando pasa lo uno, pasa lo otro. Como ahora, cuando llevo 15 días sin ser capaz de leer nada y cualquier cosa que cae en mis manos me parece aburrido y malo de solemnidad.
Quizá se deba a eso que llaman stress, pero que no padezco o, quizá, simplemente, sea que mi mente necesita un respiro.
Sea como sea, espero empezar a leer de nuevo y, sobre todo, a volver a este rincón.
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