Hay muchos tópicos literarios, casi tantos como políticos o futbolísticos. Puede hasta que más, ya que los escritores tienen el defecto de leer y ¡aun peor! escribir. Por eso, escribir sobre lo que sientes cuando escribes tiene, obligatoriamente que llevarte a caer en algunos. El otro día, en el combate dialéctico entre Carmen Moreno (Principito debe morir) y Jesús Cañadas (Los nombres muertos) en la Librería Pérgamo de Puerto Real, alguien preguntó si el escritor sabe a dónde quiere llegar cuando comienza un manuscrito. Cañadas, que en ocasiones parece más un comparsista que un escritor, soltó con su media sonrisa que encandila a las fans, un "el que dice que lo tiene todo claro y estructurado al principio, miente. Igual que miente el que dice que se deja sorprender al 100% por los personajes"
Y es que ¡fuera tópicos! Como él, también yo creo que todos comenzamos a escribir con ideas preconcebidas, y que el propio devenir de las palabras en el texto te llevan a amar u odia…
Y es que ¡fuera tópicos! Como él, también yo creo que todos comenzamos a escribir con ideas preconcebidas, y que el propio devenir de las palabras en el texto te llevan a amar u odia…