Cuando uno escribe y, además, es
historiador, tiene la suerte de que, a veces, alguien le entrega un pequeño
retazo de historia real. Y algo así me pasó hace menos de un mes, cuando una
compañera de inglés me dejó un pequeño cuadernillo hecho de páginas amarillentas
y escrito a bolígrafo. Que, desde sus primeras letras, me arrastró a seguir
leyendo. Con letra casi infantil y cargada de faltas ortográficas, me
encontraba ante una suerte de “Saco de canicas” (Joseph Joffo) mezclado con “El
niño con el pijamas de rayas” (John Boyne) y la crudeza de “El diario de Ana
Frank” pero tan cercano en el tiempo y el espacio que se hace desgarrador.
Con un Estas Son las umildes Memorias de A.P.V. y lo que sufrio L.P.I. y su
familia en [pueblo] probincia de Cadiz desde el 18 de Julio 1.936 asta ABRIL del
1.939 eso fue solo el paso de la gerra civil Española que transcurrieron 3 años
el autor de estas memorias te cuenta sus desgarradoras vivencias, en
primera mano, alejado de las connotaciones políticas de la que suele cargarse
la Memoria Histórica para desgranar su realidad. La forma en la que él, como
tantos otros españoles que vivieron aquellos negros años de nuestro pasado,
sufrió las consecuencias de una guerra cainita que aún hoy arrastramos. Que
cargó de odios y miedos a los españoles, que dejó miles de muertos en campos y
cunetas y que a él le sirvió para, con la simpleza de sus letras, darnos una
lección vital que bien deberíamos aprender todos, con un conclusivo:
A mi modo de entender al mundo no se le puede someter a un solo ideal
porque es una familia y cada uno piensa de una forma distinta y si es un pueblo
menos y a una nacion mucho menos isies al mundo ya eso es imposible al menos de
esa forma lo pienso yo cada uno lo entienda como mejor lo sepa entender
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