30 de junio de 2011. Se acabó lo que se daba. Después de casi tres años sin parar de trabajar hoy esto llega a su fin. Cerramos, hasta nuevo aviso allá por septiembre, siguiendo los designios propios de un centro académico como el que me acoge. Dos meses, 61 días, de vacaciones forzadas, de parón no deseado que me lleva hoy a plantearme lo que está por venir. Dos meses de largos paseos por la playa, tertulias a la luz de la luna, siestas en las horas de calor y mucho Tour de Francia para un amante del ciclismo televisado como soy. Dos meses de no tener que decir "me voy que mañana trabajo", dos meses de no tener que excusarme con un "no puedo ir, a esa hora curro", dos meses sin la rutina laboral a la que me he acostumbrado desde hace demasiado tiempo. Pero también serán dos meses que me vendrán bien. Para descansar, escribir tranquilo los dos o tres proyectos que tengo en marcha -entre ellos uno que me divierte: mi primera obra de teatro, con ayuda, eso sí, de la
Blog personal del historiador y escritor Javier Fornell. Un viaje por una vida pasada, futura e imaginada.