Llevo todo el día queriendo escribir, intentando trasmitir lo que me producen las imágenes llegadas desde Japón. La devastación, el miedo, el agua, las grietas. La tierra tiembla una vez más y las imágenes chocan en nuestras retinas recordándonos que hace poco más de un año otro gran terremoto tanto daño produjo en Haiti. Y, más grave aún, me alegro de que haya ocurrido en Japón. Entiéndanme, no me alegro del desastre, me alegro de que haya ocurrido en un lugar sobradamente preparado para superar un terremoto lo que ha salvado cientos de miles de vidas. Si el mismo hecho se hubiera producido en las costas de China, o de Vietnam, o de Filipinas, Indonesia…. ¿cuántas vidas no se habrían perdido?
Lamentablemente un factor diferente se une al desastre natural: el nuclear. El miedo a una explosión nos llega a todos y las imágenes de Chernobil vuelven a la mente de aquellos que lo vivieron. Y ese factor ha saltado a nuestra prensa de la peor forma posible: siendo usada por detractores y defensores de la energía nuclear para atacarse mutuamente. Me temo que en España se ha perdido la perspectiva de las cosas, ya lo hemos visto con las revueltas árabes, cuando en nuestros periódicos podía leerse el miedo de las autoridades deportivas por la suspensión del campeonato de F1 de Barheim. Y es que en esta sociedad occidental en la que vivimos la televisión ha superado a la ficción y miramos las noticias como si de una película se tratase. Demasiado lejano para ser verdad, demasiado duro para ser real.
Comentarios
¿Te acuerdas de Islandia?
Otro ejemplo a intentar olvidar, no desean que nos preocupemos por lo que de verdad nos atañe, nos prefieren en un universo virtual, formado a la realidad que ellos nos han creado...
De eso no se debe hablar, mira que si en España nos da por hacer lo mismo puede que muchos se queden en paro: todos los diputados nacionales, autonomicos y provinciales, por ejemplo