El Nutria corría por el borde del lago hasta perderse en la oscuridad de la noche. La respiración entrecortada de Mamonuth a su espalda. El músico intentaba seguir el ritmo del vigía de la Marabunta. -No me gusta esto, hay demasiada arena- dijo levantándose después de la segunda caída –Estoy empapado, joder, aquí no hay más que agua. -Vas a quejarte o vas a avanzar- dijo el Nutria saltando sobre un par de rocas, para caer sobre el agua. -Tus castas, Nutria…. Intentó seguirle, saltando sobre la piedra. Resbaló y cayó al suelo. Golpenadose la cabeza en el fondo del lago. -¡Puta!- gritó. Y la palabra retumbo por toda la cueva hasta llegar a oídos del Capitán Fat. -Creo que alguien se acuerda de tu antigua profesión- le dijo a Vasques soltando una risotada- Por cierto, la cueva es más grande de lo que pensaba. Os había escuchado decir que bajasteis por el pozo hasta encontrar la puerta del infierno. Pero ¿por qué nunca me hablasteis del tamaño? Aquí dentro podríamos haber encontrado n
Blog personal del historiador y escritor Javier Fornell. Un viaje por una vida pasada, futura e imaginada.