El resultado: una película que no te dejará indiferente. La amarás o la odiarás, pero no podrás dejar de hablar de lo ocurrido en la isla. De intentar comprender cada situación para llegar a tu propio final. Quizá eso sea lo más espectacular de la película: cada espectador saldrá con su propia idea de lo ocurrido, en un magistral giro de guión de que deja el desenlace abierto a la imaginación del lector.
Y un consejo final, si desean disfrutar de Shutter Island como la película merece, no lean nada previamente, no vean el trailer. Vayan sabiendo que se van a encontrar ante una obra de géneros: thrillers, suspense, algo de miedo, una película de agobio. El agobio de no saber qué pasa, ni que más va a ocurrir. No saber si alguien en la isla es amigo, sin saber si hay enemigos. Sin saber dónde se oculta la verdad. Agobiado, corriendo hacia la locura buscando en los ojos de Teddy una llama de esperanza.
Sin lugar a dudas, una nueva obra magistral del autor de Taxi Driver, aunque no les voy a mentir, habrá quienes digan que se ha vendido al cine comercial y que se aleja de aquellos personajes memorables como Max Cady (El Cabo del Miedo), Jake la Motta (Toro Salvaje) y tantos otros.
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