Hoy, 1 de enero de 2010 debería felicitarles por el año nuevo. No lo haré. Igual que no felicito la Navidad a quién no cree en Jesucristo como Dios, no felicitaré un cambio de año que nace de la necesidad humana de unificar la existencia. De encasillar cada cosa para facilitar el adoctrinamiento y aculturamiento social y que poco tiene que ver con la verdadera Historia de la humanidad.
Y recuerden: hoy como ayer, el mundo sigue lleno de guerras y muertes. De hambre y penumbra, de muertes innecesarias y nobeles preventivos. De sequía y catástrofes naturales. De paro y crisis económicas, de secuestros y torturas, de Guantanamos y Eta. Y de la indiferencia de muchos ante los graves problemas que amenazan al mundo. Mientras nosotros nos atiborramos de uvas y llenamos los centros comerciales, otros se llenan de moscas.
Pero sean felices: nunca se sabe cuando la Historia dictará sentencia y transmute el norte en sur.
Y recuerden: hoy como ayer, el mundo sigue lleno de guerras y muertes. De hambre y penumbra, de muertes innecesarias y nobeles preventivos. De sequía y catástrofes naturales. De paro y crisis económicas, de secuestros y torturas, de Guantanamos y Eta. Y de la indiferencia de muchos ante los graves problemas que amenazan al mundo. Mientras nosotros nos atiborramos de uvas y llenamos los centros comerciales, otros se llenan de moscas.
Pero sean felices: nunca se sabe cuando la Historia dictará sentencia y transmute el norte en sur.
Comentarios
Y no consiste en quedarse en casa, simplemente en recordar que este año seguira existiendo gente que lo pasa muy mal y hay que seguir trabajando por y con ellos. Por eso la entrada tiene que ser como es, de otra forma pasaría desapercibido entre tanta felicitación.
Además, que sería de la Navidad sin el Grinch ^^
Es más, jamás me oíras decir que hay que dejar de consumir. ¿sabés que pasaría si hiceramos eso? Miles de familias morirían de hambre en el tercer mundo.
El trabajo infantil existe, pero si de un plumazo se eliminase, sus familias morirían de hambre.
Lo mismo se pude decir de otras muchas cosas. Por eso no consiste en tomar medidas salomonicas (no comprar Nike o dejar de consumir) sino ayudar a quienes trabajan allí a realizar un cambio de mentalidad que, necesariamente, ha deser lento -Porque si fuera rápido, provocaría guerras y sangre-