Entre las sombras de los árboles, allí donde la humedad se hace más constante, van naciendo lentamente esos pequeños seres vivos prestos a morir. Agrupados, unas junto a otras, como amigos que no necesitan palabras para saber que el otro está a su lado. Y puede que sea así, amistades reales que se esconden entre el césped, como los amigos se esconden en pequeñas rendijas de nuestra vida.
Y es que caminamos por bosques, sombríos o luminosos, pasando al lado de muchas setas sin detenernos, hasta que encontramos las que llaman nuestra atención y, entonces, nos agachamos y las recogemos, y las incluimos en nuestro cesto, enriqueciéndonos camino de ese mercado que es el vivir.
Comentarios
Y no seas negativa, no merece la pena, menos justo hoy que está entrando el otoño de verdad.
;)