
Juguetes de Dios, de Rosario Troncoso, es el tercer libro de poemas de esta poeta puertorrealeña que ha empujado a otros a embarcarse en su loco proyector por y para la poesía. Y lo hace de la mano de La Compañía de Versos Anónimos, editorial granadina que nace de los sueños poéticos de otro gaditano: Victor Alija.
Una doble enhorabuena que se convierte en mayor al ver el estado del salón de actos de Tele Puerto lleno a rebosar. Un éxito que demuestra que la poesía, cuando es buena como es el caso, deja de ser minoritaria. Y no puede ser de otra forma. Las letras de Rosario Troncoso deben estar presentes en nuestras estanterías. En esa presencia podremos observar la evolución vital de Rosario, desde sus Huir de los domingos, hasta estos Juguetes de Dios. Una madurez personal que se deja ver en su letras, que le aleja de sus propios perros de presa que le perseguían para morderle los tobillos, para colocarla en un lugar propio, en el que merece estar por su constancia, su ilusión, su trabajo y, sobre todo, por sus letras.
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