El poblado de Sancti Petri se construyó a finales de la década de los 40 como un pueblo marinero, en un intento de revitalizar el sector almadrabero en la zona, con escasos resultado. Desde 1971 el poblado queda abandonado y va ganando un aspecto fantasmal que ha llegado hasta nuestros días. Aunque en los últimos años, y ante el riesgo que suponía el estado de abandono, el Ayuntamiento de Chiclana haya procedido a su derrumbe casi completo.
Un lugar como Sancti Petri debe cargarse de leyendas. No debemos olvidar que es allí, en esa misma zona, donde se levantara en la antigüedad el principal oráculo del mundo occidental: el del templo de Hércules. Pero los tiempos cambian y las leyendas también. Muchos son los que aseguran haber visto una joven niña deambulando por el poblado, asomándose a las ventanas de la segunda planta del Ayuntamiento. Hay quien dice que se trata de una de las hijas de uno de los alcaldes de la pedanía chiclanera. Una niña, morena de pelo corto, que recorre el poblado buscando a su padre, que se marcharía con el resto de la población.
Durante años, cuando alguien acudía al poblado, se acercaba hasta el ayuntamiento, a buscar a la chica en las ventanas de la primera planta. Una primera planta donde no existe el suelo, y donde sólo un ser etéreo podría caminar. Hoy en día ya no existe ese lugar y tal vez la chica vague sola y desesperada por los polvorientos caminos del viejo poblado que sirvió de escenario a “La niña de la venta”, de Lola Flores.
Un lugar como Sancti Petri debe cargarse de leyendas. No debemos olvidar que es allí, en esa misma zona, donde se levantara en la antigüedad el principal oráculo del mundo occidental: el del templo de Hércules. Pero los tiempos cambian y las leyendas también. Muchos son los que aseguran haber visto una joven niña deambulando por el poblado, asomándose a las ventanas de la segunda planta del Ayuntamiento. Hay quien dice que se trata de una de las hijas de uno de los alcaldes de la pedanía chiclanera. Una niña, morena de pelo corto, que recorre el poblado buscando a su padre, que se marcharía con el resto de la población.
Durante años, cuando alguien acudía al poblado, se acercaba hasta el ayuntamiento, a buscar a la chica en las ventanas de la primera planta. Una primera planta donde no existe el suelo, y donde sólo un ser etéreo podría caminar. Hoy en día ya no existe ese lugar y tal vez la chica vague sola y desesperada por los polvorientos caminos del viejo poblado que sirvió de escenario a “La niña de la venta”, de Lola Flores.
Comentarios
Pero es una leyenda y como tal debe ser tomada. Puedes creerla o no, eso solo depende de tí.