Vaya por Dios, o por mí, que en esto de la divinidad somos como en el escondite: “por todos mis compañeros y por mi primero”. Pero vaya por alguno de nosotros. Hay cosas que no deben ocurrir y se ve que San Google, ascendido a los altares virtuales pero no al Monte Saphon (que es un Olimpo pero más viejo), ha querido jugarme una mala pasada. ¡A mí! Que soy un amigo fiel, leal compañero y mejor amante, como Sancho Panza. Pues el bueno de Google ha provocado mi ira… o peor, a mi yo. Y es que, ni corto ni perezoso, ha logrado que colocando en su universal buscador "negro cachisimas haciendo ejercicios en el parque" aparezca este blog como primera opción. Y como aquí, hasta día de hoy, no ha aparecido un negro cachas, y muchos menos haciendo ejercicio en el parque –ya saben que eso está prohibido por mi religión- he decidido dar una alegría a esas personas que pasan por aquí buscando algo que no hay. Pues sólo podrán encotrase conmigo, que soy blanquito –morenito en verano- y tengo dos cachas enormes pero poco más. Así que, aquí lo tienen: su negro haciendo deporte, eah, que lo disfruten:
Ni Aragón, ni Cataluña, ni Valencia son entidades anteriores a la Edad Media. Hasta 1163, con Alfonso II, no se distinguirá entre reino y corona de Aragón. En la Corona tendrán cabida todos los reinos, condados y señoríos que guardan algún tipo de dependencia con el rey aragonés. Esta existencia de diversas entidades autónomas en muchos aspectos, solo es entendible desde la expansión territorial a costa de los reinos musulmanes del sur. En esa expansión los nobles irán recibiendo tierras y beneficios. Expansión que acabará chocando con la realizada por el condado catalán. Con respecto a Cataluña, entrará a formar parte de la corona después del casamiento de Petronila (hija de Ramiro II de Aragón) con Ramón Berenguer IV, conde de Cataluña, quien, a pesar de ejercer como tal, no toma el título real. Durante el siglo XIII la Corona de Aragón continúa con su política expansionista hacía el norte, pero tras el Tratado de Almizrad de 1244 y la derrota de Pedro el Católico en Muret,
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