Saben, el otro día vi por casualidad un anuncio de un banco español y en él a uno de los héroes de mi infancia. Lo reconozco, aquel hombretón barbudo que daba golpes a diestro y siniestro siempre me enganchó. Aquel ser bruto, siempre malhumorado pero con gran corazón, llenó las lluviosas tardes de mi infancia de risas en casa de mi amigo Rubén, que tenía toda la colección de películas de Bud Spencer y Terence Hill. Y las veíamos todas, una tras otra.
Y son muchas las películas que este nadador, primero, y boxeador, después, reconvertido a actor tiene en su haber. Para mí, la mejor de todas ellas siempre fue “Le llamaban Trinidad”, uno de los mejores spaguettis westter de la historia, con todo el humor que tenía en su guión.
Y ahora, después de verlo en el anuncio de un banco, me doy cuenta que aquel actor que tantas y tantas tardes me alegró, se ha convertido en un viejo, no diré decrepito, que se burla de su pasado y, a la vez, lo homenajea haciendome recordarlo con una sonrisa en los labios. Así que, gracias Carlo Pedersoli por haber sido Bud Spencer
Y son muchas las películas que este nadador, primero, y boxeador, después, reconvertido a actor tiene en su haber. Para mí, la mejor de todas ellas siempre fue “Le llamaban Trinidad”, uno de los mejores spaguettis westter de la historia, con todo el humor que tenía en su guión.
Y ahora, después de verlo en el anuncio de un banco, me doy cuenta que aquel actor que tantas y tantas tardes me alegró, se ha convertido en un viejo, no diré decrepito, que se burla de su pasado y, a la vez, lo homenajea haciendome recordarlo con una sonrisa en los labios. Así que, gracias Carlo Pedersoli por haber sido Bud Spencer
Comentarios