-Tengo que reconocer que me gusta Alatriste- dije sin sorna.
-Bueno, vale, eso puede. Es entretenido- dijo Pato
-A mi me gusta Territorio Comanche- Belén, la gaditana novia de Pato- tiene mucha fuerza.
-Es verdad. Y sus artículos no son malos- Nidia, la hermana de Belén, metía baza en el asunto.
-Muy cierto, los artículos de ese cabrón son buenos- yo asentí con la cabeza a las palabras de Pato, no se podía negar la verdad- pero sí ,Territorio Comanche tiene mucha fuerza. Tal vez sea porque vivió en primera mano lo que cuenta. Aunque me gusta más Un día de Colera.
-Lo siento, pero disiento- dije muy serio mientras cogía algo de queso- pero la mejor obra con diferencia del inclito es La sombra del águila y esa maginfica descripción que realiza del petit cabrón.
-¿De que hablaís? –no era el inclito, sino un amigo común que venía saludar
-Del mamón de Reverte
-Esto… me voy.
Y se fue. Pero nosotros nos quedamos, hablando entre risas de lo mal escritor que era el reputado Reverte y de lo divertido que sería crear un club de lectura en su nombre. Y esa simple casualidad del pasado me cambió el presente. Pues ahora comparto dicho club con algunas jovenes locales. Belén nos acompaña desde la lejanía, ya sin Pato a su lado. Nidia nos permite adentrarnos en su casa para compartir risas y vinos al son de los ladridos de Luna, su perra, y las risas de su padre que, a veces, también se queda con nosotros. Y, por esas casualidades otras dos personas se han unido a nuestro club: Cecia, una morena de alegre lengua y mordaz palabra, de sentimientos contrapuestos. Y Daira, venida de lejanas y exóticas islas, enamorada de Cádiz y sus gentes. Alegre, vivaracha y aún estudiando para no irse de aquí
Cuatro personas tan distitnas como iguales… por qué, casualidades de la vida, supongo, los cuatro deseabamos quemar a Reverte. Y hemos decidido intentarlo.
Comentarios
Eso sí, darle a la sin hueso pero siempre argumentando.
Pero, me temo, no ha logrado ver en la crítica la verdad de la misma...