Pero que yo, que ya estoy loco de por mí, diga que soy dios es normal. Que mis amigos lo acepten, pues también. Ya se sabe, a los amigos que hay aceptarlos como son: unos son unos borrachos, otros unos ineptos, otros están buenos y otros, pocos, como yo, son dioses. Pero que gente que apenas te conozca reconozca tu divinidad, le hace a uno pensar.
Y eso que algunos se empeñan en negarme, y dicen que no hago milagros. Cierto, pero es que yo soy un dios discreto y, además, creo en la libertad de los hombres. Y hasta de las mujeres. Así que no, por hoy no haré milagros. Lo siento, pero no puedo volver a atrás. Zapatero dijo follar a los rusos y dijo follar a los rusos. Y deberían hacerle caso. Todo dios que se precie habla de amarse los unos a los otros... pero lo tiempos cambian. Ya no hace falta amor para amarse.
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